Cuando pienso en el judo, no veo solo un deporte. Veo y siento como una escuela de vida que transforma a quienes lo practican, sin importar la edad, el origen o las condiciones personales. En Chaco, tenemos el orgullo de contar con una Federación Chaqueña de Judo que reúne a niños desde los 4 años, jóvenes y adultos de más de 30, y que abre las puertas a toda persona que quiera descubrir lo que significa esta disciplina.
En tiempos en que la tecnología muchas veces aleja a nuestros chicos de la vida social y del contacto humano, el judo se vuelve una herramienta poderosa para recuperar valores esenciales: respeto, disciplina, unión y compañerismo. No es casualidad que tantas familias nos acompañen y encuentren aquí un espacio de encuentro que fortalece los lazos más allá del tatami.
Pero quizás lo más emocionante de este camino es el espíritu inclusivo del judo. En nuestra provincia y en cada torneo, vemos cómo personas con discapacidad visual, con síndrome de Down o con Trastorno del Espectro Autista encuentran en este arte marcial una manera de crecer, desarrollarse y ser parte plena de una comunidad.
El judo adaptado requiere muy pocas modificaciones. En el caso de judocas con discapacidad visual, basta con que los combates comiencen con los atletas tomados de las solapas, asegurando el contacto durante todo el encuentro. Esa simple regla convierte al judo en uno de los deportes más inclusivos del mundo, porque permite entrenar y competir juntos a personas con y sin discapacidad.
Para quienes tienen síndrome de Down, se ajustan los tiempos de combate y se cuidan ciertos movimientos, pero la esencia no cambia: el tatami es un espacio donde todos tienen la posibilidad de brillar. Y lo mismo ocurre con personas dentro del espectro autista, que encuentran aquí un espacio de autorregulación, interacción social y superación personal.
He visto con mis propios ojos cómo esta práctica fortalece la autoestima, la confianza y la creatividad. Cómo los prejuicios y estigmas se derriban cuando la sociedad reconoce las habilidades antes que las limitaciones. Las familias lo resumen mejor que nadie: “lo más importante es verlos viajar, competir y ser parte, visibilizando lo que significa el judo inclusivo”.
Por eso, invito a cada chaqueño que se acerque, a que viva en primera persona lo que el judo puede generar. En pocos días tendremos una oportunidad única para hacerlo: el Campeonato Interprovincial de Judo, que se realizará el 23 de agosto en el microestadio del Club Chaco For Ever. La entrada será libre y gratuita, pensada para que toda la familia pueda disfrutar de un espectáculo deportivo que, más allá de las medallas, nos enseña que la verdadera victoria es la inclusión.
El judo nos recuerda, una y otra vez, que todos tenemos un lugar sobre el tatami.
Por consultas, comunicarse con el Profesor Gustavo García al 3624 61 18 32,
o con el Profesor Fernando Cucchi al 3624 60 31 47.