Al referirse a las acciones que se llevaron a cabo con motivo de esta fecha, destacó no sólo los mensajes sino también encuentros, charlas, misiones, congresos, y la inauguración de lugares donde “construir futuro y esperanza libres de adicciones”.

En esa línea, se detuvo en la realidad de Santiago del Estero: “Veo a los jóvenes de mi tierra sufrir por el consumo de drogas y no me sale otra cosa que actuar para el bien de cada uno”, señaló. 

“No se trata de un rescate improvisado y aislado sino de un abrazo integral donde hay lugar para la escucha y el silencio, para compartir heridas e ir sanando, para caminar con otros en un camino que sin los otros se hace muy cuesta arriba”, aclaró.

“Bendiciendo en Santiago nuevos espacios de la Familia de los Hogares de Cristo aprendimos que con cada chica y muchacho se ‘recibe la vida como viene’ y que se sale del consumo en comunidad”, destacó el purpurado.

El cardenal argentino señaló que “todos tiramos del mismo carro y para adelante. Los veo progresar cuando charlo con ellos, cuando nos miramos a los ojos, cuando en la misa y la mesa que compartimos nos sentimos muy hermanos”.

“En Santiago nuestro suelo es árido, sin embargo, si sabemos buscar la buena tierra la semilla crece. Algo así nos pasa con nuestros changos [jóvenes] que andan perdidos sin saber cuánto vale cada una de sus vidas para Dios. No dejen que otros les rifen sus vidas valiosas”, aconsejó.

“En todo el mundo se condena el narcotráfico y sus consecuencias, consecuencias que nosotros vemos todos los días en nuestras barriadas, cuando vienen las mamás a pedir ayuda para sus hijos, o cuando alguna bala maldita de las bandas que trafican nos mata a nuestra gente”, puntualizó el Cardenal Bokalic.

En ese marco, “nosotros, como Iglesia santiagueña y también como Comisión de Adicciones de nuestro episcopado vamos hacia esas valiosas vidas caídas, tierra sagrada”, afirmó.

El Primado de Argentina precisó que “no somos superhombres ni supermujeres, solo somos cristianos que tratan de construir en esta parte del Reino que Dios nos confió un presente y un futuro mejor en el que entren todos, todos, todos, como nos decía nuestro querido Papa Francisco”. Por Julieta Villar de ACI Prensa.-