Durante su visita a Portugal, el líder de la Iglesia católica fue entrevistado por una revista y allí indicó también que tuvo intenciones de venir antes pero que surgieron problemas que provocaron que lo descarte.

Al ser consultado sobre un eventual viaje al país donde nació, el Sumo Pontífice respondió: “Puedo confirmar que está en programa”. Después agregó: “Veremos si se puede hacer una vez que pase el año electoral. Terminadas las elecciones, se puede hacer”. Asimismo destacó que en principio solo piensa que su visita sea a la Argentina pero no descartó además ir a Uruguay. “Ya hubo varios intentos antes, pero las elecciones frustraron la visita”, reveló en diálogo con la publicación Vida nueva.

Por otra parte, Francisco fue consultado sobre si visitará algún país europeo, como España. “No voy a ir a ningún país grande de Europa hasta que no termine con los pequeños. Empecé con Albania y, si bien fui a Estrasburgo, no fui a Francia. Si bien voy a Marsella, no voy a Francia”, contestó.

También se refirió a las tratativas de la Iglesia para la paz en Ucrania, en medio de la ofensiva de Rusia, y si bien dijo que se sigue trabajando en establecer un diálogo entre las partes, destacó: “El avance más significativo que se ha logrado tiene que ver con el retorno de los niños ucranianos a su país. Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para conseguir que cada familiar que reclame la vuelta de sus hijos, pueda lograrlo”.

Sobre los aspirantes a sacerdotes

Uno de los temas que la entrevista abordó, debido a que se da en el marco de una revista que trata el universo cristiano, fue la formación sacerdotal. Al respecto, Francisco se mostró preocupado por algunos seminarios en los que se da una bajada de línea ideológica a los aspirantes y sobre los seminaristas “rígidos” y “tradicionalistas”, en referencia a las reformas que él mismo impulsa en la Iglesia Católica.

“Tenemos que hacer hincapié en una formación humanística. Abrámonos a un horizonte cultural universal que los humanice. Los seminarios no pueden ser cocinas ideológicas. Los seminarios están para formar pastores, no ideólogos. El problema de los seminarios es serio”, expresó.

En otro extracto de la entrevista, señaló: “Hay gente que vive atrapada en un manual de teología, incapaz de meterse en los problemas y hacer que la teología vaya adelante. La teología estancada me hace recordar eso de que el agua estancada es la primera que se corrompe, y la teología estancada crea corrupción. Tanto los movimientos de izquierdas como de derechas que se quedan estancados crean corrupción”.

Así, le consultaron sobre “la rigidez de los curas jóvenes” que se desenvuelven con un tradicionalismo que no va con las épocas actuales. “Esa rigidez es de gente buena que quiere servir al Señor. Reaccionan así porque tienen miedo ante un tiempo de inseguridad que estamos viviendo y ese miedo no les deja andar. Hay que quitarles este temor y ayudarles”. Y sumó: “Alguien me dijo hace poco que la rigidez de los sacerdotes jóvenes brota porque están cansados del actual relativismo, pero no siempre es así”.

Luego advirtió: “Por otro lado, esa coraza esconde mucha podredumbre. Ya he tenido que intervenir algunas diócesis de varios países con unos parámetros parecidos. Detrás de ese tradicionalismo, hemos descubierto problemas morales y vicios graves, dobles vidas. Todos sabemos de obispos que, como necesitaban curas, han echado mano de personas a las que habían echado de otros seminarios por inmorales”.

Tras ello Francisco reforzó el concepto que suele animar entre los jóvenes: “Esa rigidez no me gusta porque es un mal síntoma de vida interior. El pastor no puede darse el lujo de ser rígido... Necesitamos seminaristas normales, con sus problemas, que jueguen al fútbol, que no vayan a los barrios a dogmatizar”.