Por segunda vez consecutiva, Gloria Cisneros fue seleccionada como una de las 50 mejores docentes del mundo. En febrero se anunciará el ganador de la lista durante la World Governments Summit en Dubái.

Cada lunes, la docente emprende un viaje de más de dos horas en moto desde Taco Pozo hasta la Escuela N.° 793 "Don Carlos Arnaldo Jaime", en el paraje La Sara, atravesando caminos de tierra y condiciones extremas del Impenetrable chaqueño.

Durante toda la semana vive en la escuela, donde es directora, maestra, cuidadora, administradora y líder comunitaria al mismo tiempo.

El compromiso que Gloria mantiene con la educación acaba de ser reconocido internacionalmente al ser elegida entre más de 5.000 nominaciones provenientes de 139 países.

El Global Teacher Prize, en su décimo año, es el premio más grande de su tipo, y entrega un millón de dólares al ganador.

El galardón fue creado por la Fundación Varkey en colaboración con la UNESCO para reconocer a docentes excepcionales que hayan realizado aportes destacados a la profesión y para visibilizar el rol fundamental que los educadores desempeñan en la sociedad.

En un entorno sin agua potable, servicios básicos ni atención médica cercana, Gloria logró transformar una escuela remota en un centro de conocimiento y desarrollo comunitario.

La directora introdujo tecnología, paneles solares y conectividad, además de metodologías innovadoras como aprendizaje basado en la investigación, herramientas de inteligencia artificial, producción de libros escritos por estudiantes, un zoológico de aula y un libro viajero que expande el horizonte cultural de los niños más allá de su realidad rural.

Uno de sus proyectos más destacados es "La biblioteca en mi casa", mediante el cual construyó junto a las familias una biblioteca en cada hogar de sus alumnos, permitiendo que cada estudiante rural tenga libros al alcance de su mano. Este proyecto fue reconocido como una de las buenas prácticas docentes a nivel nacional.

Además, escolarizó a todos los niños de los parajes a su cargo, recorriéndolos uno por uno para integrarlos al sistema educativo, y consiguió becas para sus 15 alumnos actuales y unos 35 estudiantes más que viven en Taco Pozo, gracias a acuerdos que ella misma gestionó con ONG y donantes. Fuente: Enterate.-