"El mundo tiene sed de paz: necesita una verdadera y sólida era de reconciliación, que ponga fin a la opresión, a los despliegues de fuerza y a la indiferencia ante la justicia", expresó el papa León XIV en su discurso durante el acto de clausura del Encuentro Internacional de Oración por la Paz organizado por la Comunidad de San Egidio. La convocatoria tuvo lugar este martes en el Coliseo romano y reunió a líderes de varias Iglesias y comunidades, bajo el lema "Atrévete por la paz".
"¡Basta ya de guerras, con sus dolorosos cúmulos de muerte, destrucción y exilio! Hoy, juntos, demostramos no solo nuestro firme deseo de paz, sino también la conciencia de que la oración es una gran fuerza de reconciliación", exhortó el pontífice.
El Papa advirtió contra el uso de la religión para justificar la guerra, y expresó: "Repito con vehemencia: la guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es querida por Dios".
"Con el poder de la oración, con las manos desnudas levantadas al cielo y con las manos abiertas a los demás, debemos lograr que este período de la historia, marcado por la guerra y la arrogancia de la fuerza, termine rápidamente y que comience una nueva historia", añadió, entre los aplausos de los cientos de participantes.
"No podemos aceptar que esta era continúe, que moldee la mentalidad de la gente, que nos acostumbremos a la guerra como algo habitual en la historia humana. ¡Basta! Es el clamor de los pobres y el clamor de la tierra. ¡Basta! ¡Señor, escucha nuestro clamor!", exclamó León XIV.
Tras un encuentro ecuménico al inicio de la ceremonia, y después de que representantes de diferentes religiones rezaran en distintos lugares, según sus propias tradiciones, todos convergieron en la plaza del Coliseo, reuniéndose en el escenario instalado frente al Arco de Constantino para la ceremonia final. Allí escucharon el testimonio de un refugiado sudanés, antes de un minuto de silencio por las víctimas de la guerra.
En presencia de representantes cristianos, musulmanes, judíos y budistas, León XIV declaró que "la cultura de la reconciliación superará la actual globalización de la impotencia, que parece decir que otra historia es imposible".
"Sí, el diálogo, la negociación y la cooperación pueden abordar y resolver las tensiones que surgen en situaciones de conflicto. ¡Deben hacerlo! Hay lugares y personas para hacerlo", insistió.
Nos hacemos eco del anhelo de paz del pueblo. Somos la voz de quienes no son escuchados ni tienen voz. ¡Debemos atrevernos a buscar la paz! Y si el mundo hace oídos sordos a este llamado, estamos seguros de que Dios escuchará nuestras oraciones y el clamor de tantos que sufren. Porque Dios quiere un mundo sin guerra. ¡Él nos librará de este mal!
La reunión también marcó el 60º aniversario de la declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II sobre la relación de la Iglesia Católica con otras religiones.
"Juntos reafirmamos el compromiso de diálogo y fraternidad, querido por los padres conciliares, que dio tantos frutos", afirmó el Papa.
La iniciativa, que tuvo lugar entre el 26 y el 28 de octubre, reunió a representantes de cristianos, ortodoxos, anglicanos, musulmanes, judíos, budistas y otros, en una demostración de unidad frente a los tiempos actuales, marcados por las guerras y las desigualdades globales. El acto anual está inspirado en el encuentro de Asís, promovido por el papa san Juan Pablo II en 1986.
"El 27 de octubre de 1986, san Juan Pablo II invitó a los líderes religiosos del mundo a Asís para orar por la paz: nunca más unos contra otros, sino juntos. Fue un momento histórico, un punto de inflexión en las relaciones entre las religiones", afirmó León XIV.
Los diversos líderes religiosos encendieron una vela antes de leer el "Llamado a la Paz" y entregar simbólicamente el documento a los niños, quienes luego lo pasaron a los representantes políticos presentes en el Coliseo. El texto subraya que "poner fin a la guerra es un deber ineludible de todos los responsables políticos ante Dios" y que "la paz es la prioridad de toda política".
La ceremonia concluyó, simbólicamente, con un "gesto de paz" intercambiado entre los participantes.
En 2026, el encuentro anual de la Comunidad de San Egidio tendrá lugar en la ciudad italiana de Asís, coincidiendo con el 40º aniversario de la celebración presidida por san Juan Pablo II.