El Papa León XIV dijo en una entrevista que intentó "comprender y estar cerca" de las víctimas en un caso de abusos en Chiclayo, la diócesis peruana que dirigió como obispo hasta 2023, y lamentó que la lentitud de la justicia canónica haya hecho más “doloroso” el proceso.

“La cantidad de tiempo en que ha transcurrido todo este proceso lo ha hecho muy doloroso. Sinceramente, me siento muy mal por ello”, explicó en una entrevista con la corresponsal en Roma de Crux, Elise Ann Allen, que ha sido incluida en el libro León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI.

El volumen, que incluye al final otra entrevista sobre el futuro de la Iglesia, se publicó este jueves en español a través de la editorial Penguin en Perú.

El caso al que se refiere el Papa involucra la denuncia presentada por tres hermanas que se reunieron con el entonces Mons. Prevost en 2022 para relatar los abusos que habían sufrido por parte de un sacerdote años atrás, cuando eran menores de edad. Según las denunciantes, el entonces obispo Prevost —hoy Papa León XIV— no inició una investigación canónica efectiva y, como consecuencia, el sacerdote acusado continuó celebrando Misa.

El Pontífice recordó que, desde el primer momento, escuchó personalmente a las víctimas y les aseguró que creía en su testimonio. “Cuando ves a alguien sufriendo, sabes que ese dolor viene de algún sitio. No es inventado”, afirmó.

Según explicó, la diócesis habilitó un centro de atención con profesionales —abogados, psicólogos y un médico— para brindar asistencia psicológica y legal. “Quisimos que contaran con todo el apoyo posible y que supieran a dónde acudir en cualquier momento”, señaló.

En todo caso, matizó que el proceso es complicado porque el sacerdote denunciado “afirma que es inocente”. “Yo se los dije, que les creo a las víctimas cuando vienen a hablar conmigo. [Pero] el sacerdote [denunciado] afirma que es inocente. Así que la Iglesia tiene que defender los derechos de las víctimas y de los acusados, y eso no es fácil”, agregó.

El Santo Padre se pronunció así por primera vez sobre este procedimiento judicial, que actualmente sigue abierto en el Dicasterio de la Doctrina de la Fe. No obstante, dijo que no quiere "decir demasiado" porque es "el Papa ahora".

“No es solo Robert Prevost diciendo: 'Pensé que hice lo correcto”, explicó a la periodista.

En el libro, también se incluyen las declaraciones de una de las tres denunciantes, Ana María Quispe, en las que sostiene que la diócesis abrió el caso, pero no hizo una investigación. Además, acusa a la sede eclesiástica de usar el hecho de que la justicia civil de Perú haya archivado el caso, para cerrarlo también en Roma.

Quispe también insiste en que existe solo “una hoja”, según cita el libro, en dicho expediente, lo que significa, según ella, que no ha habido una investigación apropiada. Sin embargo, el caso sigue bajo secreto de sumario y no está claro a qué expediente se refieren las denunciantes.

Con todo, el Papa reconoció también que la lentitud de los procesos judiciales, tanto en la Iglesia como en la justicia civil de Perú, ha provocado un sufrimiento adicional.

"Estos procedimientos son demasiado largos. En este caso, además, la situación se complicó porque fui trasladado de la diócesis poco después de presentarse las denuncias. El tiempo transcurrido ha hecho todo mucho más doloroso", explicó el Papa, quien, pocos meses después de escuchar a las víctimas, fue nombrado, en enero de 2023, prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Por otro lado, León XIV lamentó que el caso haya sido manipulado mediáticamente, lo que, en su opinión, expuso aún más a las víctimas y amplificó su dolor. 

“Han sido victimizadas y revictimizadas. Para ellas ha sido muy duro ver cómo todo se hacía tan público, cuando la diócesis no buscaba esa exposición”, indicó.

Tras reconocer que la crisis de abusos sexuales es "una crisis real" que "no está resuelta" también reveló que en sus primeros dos meses de pontificado ha iniciado un estudio para averiguar por qué, jurídicamente, los casos de abusos tardan tanto en resolverse.

 "La justicia es demasiado lenta. Es un tema que ya he comenzado a abordar desde mis primeros dos meses como Papa, para empezar a examinar algunos de los problemas jurídicos involucrados: ¿por qué estos procesos tardan tanto?, ¿cómo se garantizan los derechos de todos?", planteó en la entrevista.

En la entrevista completa, que ocupa las últimas 32 páginas de la biografía publicada este jueves, el Santo Padre también afirma que los acusados tienen derechos. Sin embargo, defiende en todo momento que cree a las víctimas cuando acuden a hablar con él, aunque añade que "ha habido casos probados de algún tipo de falsa acusación".

“Sacerdotes cuyas vidas han sido destruidas por ello. La ley existe, y podemos hablar de la ley civil o de la ley de la Iglesia, pero la ley existe para proteger los derechos de todas las personas", apuntó.

Sobre la reparación, el Papa dijo que "sería ingenuo" pensar que basta con darles "algún tipo de compensación financiera" o con que "el sacerdote sea despedido, como si esas heridas simplemente fueran a desaparecer por eso". 

Por ello, pidió tratar a las víctimas "con gran respeto y comprensión" y admitió que muchos en la Iglesia Católica quizá se comporte como "novatos" en el aprendizaje sobre cómo acompañar a estas personas y necesitan ayuda de los profesionales.