El Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de Capital y Gran Buenos Aires, aseguró que se sigue “necesitando una presencia inteligente del Estado” en los asentamientos urbanos ante el incremento preocupante de los casos de coronavirus en estas zonas vulnerables.

“Si bien esta pandemia afectó en nuestro país primero a gente de otros sectores sociales, sabemos que con el tiempo va creciendo mucho el contagio en los barrios vulnerables”, advirtió, y expresó: “Esperamos que no resurjan actitudes discriminatorias”.

“En este contexto, la pandemia hace que se visibilicen problemas estructurales de nuestros barrios”, sostuvo.

Los curas villeros aseguraron que “la realidad se nos vino encima”, al enfatizar que “hay temas en los que no podemos seguir esperando su solución”, entre ellos señalaron que “hay lugares con serios problemas de falta de agua, como la villa 31”.

“Nos preocupa la situación del hacinamiento y abandono en las cárceles, las limitaciones del sistema de salud, la asistencia alimentaria sostenida y muchas necesidades concretas que surgen por la pérdida de las changas y trabajos informales de muchos de nuestros vecinos. Es preocupante la realidad de despidos arbitrarios”, alertaron.

“Se vienen momentos muy duros en lo social. Va a ser largo. Es urgente que se favorezca el acceso a los subsidios habitacionales”, agregaron.

Reiteraron que “es preocupante la realidad de nuestros adultos mayores y de los que tienen determinados problemas de salud”, por lo que advirtieron que hay “insuficiente capacidad de espacios de aislamiento”.

“Hace falta tener en cuenta espacios para los hermanos y hermanas que están en consumo de drogas. Hace tiempo venimos denunciando la cantidad de pibes y pibas muertos por el paco. Hoy seguimos denunciando la realidad de estos pibes y pibas en esta situación de pandemia”, puntualizaron.

Los curas villeros leyeron la declaración sobre “el impacto del coronavirus en las villas y barrios populares” a través de una transmisión en vivo en las redes sociales, y a su término rezaron una oración ante la imagen del presbítero Carlos Mugica, al cumplirse 46 años de su asesinato.

Los sacerdotes pidieron a su antecesor que los “siga animando y fortaleciendo en la tarea de acompañar” a la gente de las villas y barrios populares, y elevaron una plegaria a la Virgen de Luján, en vísperas de sus fiestas patronales. Luego acercaron una vela encendida en representación de cada barrio.

La lectura de la declaración estuvo a cargo delos presbíteros José María Di Paola, Guillermo Torre, Lorenzo De Vedia, Franco Punturo y monseñor Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires responsable de la Vicaría para las Villas de la arquidiócesis porteña.