“Sinodalidad y misión”, fueron las dos perspectivas del dialogo ecuménico que resaltó el Papa Francisco en su discurso al recibir en audiencia a los miembros del Santo Sínodo de la Iglesia Siro-Malankar Mar Thoma, la mañana de este lunes 11 de noviembre, en el Palacio Apostólico del Vaticano.

La primera vez que el Santo Sínodo visita la Iglesia de Roma

A los miembros del Santo Sínodo de la Iglesia Siro-Malankar Mar Thoma – una de las 24 iglesias sui iuris integrantes de la Iglesia católica – el Santo Padre les manifestó su alegría porque es la primera vez que el Santo Sínodo visita la Iglesia de Roma para intercambiar el abrazo de paz con su Obispo.

“Agradecido por su presencia y sus palabras de amistad, les doy la bienvenida a cada uno de ustedes y les pido que transmitan mis mejores deseos de buena salud a su Metropolitano, Su Beatitud Teodosio Mar Thoma; así como dirijo mis saludos a todos los fieles: ‘Gracia y paz a ustedes, de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo’ (Rm 1,7)”.

Una "Iglesia puente" entre Oriente y Occidente

A esta Iglesia, heredera tanto de la tradición siríaca de los cristianos de Santo Tomás como de aquella reformada, el Pontífice les recordó su vocación ecuménica de ser “puente” entre Oriente y Occidente, y los esfuerzos por reanudar el diálogo con la Iglesia de Roma que iniciaron con motivo del Concilio Vaticano II.

“Como ha destacado Su Excelencia, la Iglesia Mar Thoma tiene una vocación ecuménica y no es casualidad que se haya involucrado rápidamente en el movimiento ecuménico, estableciendo muchos y variados contactos bilaterales con cristianos de diferentes tradiciones”.

La esperanza de compartir la misma Eucaristía

Al respecto, el Pontífice señaló que, en los últimos años, la Providencia ha permitido que se desarrollen nuevas relaciones entre nuestras Iglesias y estos contactos han llevado al inicio de un diálogo oficial.

“La primera reunión se celebró el pasado mes de diciembre en Kerala y la próxima tendrá lugar dentro de algunas semanas. Me alegro por el inicio de este diálogo, que encomiendo al Espíritu Santo y que espero que acelere el día en que podamos compartir la misma Eucaristía, realizando la profecía del Señor: Vendrán del Oriente y del Occidente y se sentará a la mesa (Mt 8,11)”.

Un camino de sinodalidad ecuménica

En este camino de diálogo, el Papa Francisco destacó dos perspectivas: la sinodalidad y la misión. En cuanto a la sinodalidad, el Pontífice subrayó que es significativo que han querido realizar esta visita como Santo Sínodo, porque su Iglesia es por tradición esencialmente sinodal. Asimismo, recordó que hace pocos días la Iglesia católica concluyó el Sínodo sobre la sinodalidad, al que también asistieron delegados fraternos de otras tradiciones cristianas que enriquecieron las reflexiones.

“Una de las convicciones expresadas es que la sinodalidad es inseparable del ecumenismo, porque ambos se basan en el único bautismo que hemos recibido, en el sensus fidei del que todos los cristianos participan en virtud del Bautismo mismo. El Documento Final de esta Asamblea afirma que no sólo debemos «prestar más atención a las prácticas sinodales de nuestros socios ecuménicos, tanto en Oriente como en Occidente», sino también «imaginar prácticas sinodales ecuménicas, hasta formas de consulta y discernimiento» sobre cuestiones de interés común y urgente" (n. 138)”.

La misión, fin y medio del camino ecuménico

La otra perspectiva que el Santo Padre resaltó fue el de la misión. De hecho, sinodalidad y ecumenismo son inseparables también porque ambos tienen como objetivo un mejor testimonio de los cristianos. Pero, la misión no es sólo el fin del camino ecuménico, sino también su medio.

“Estoy convencido de que trabajar juntos para dar testimonio de Cristo Resucitado es la mejor manera de acercarnos. Por esta razón, como propuso nuestro reciente Sínodo, espero que algún día podamos celebrar un Sínodo ecuménico sobre la evangelización todos juntos. Y este Sínodo, será para garantizar, para orar, para reflexionar y comprometernos juntos por un mejor testimonio cristiano, ‘para que el mundo crea’ (Jn 17,21)”.

Con la seguridad de que también en este caso, la Iglesia Mar Thoma, que lleva en sí esta dimensión misionera, puede ofrecer mucho al diálogo ecuménico, el Papa Francisco concluyó el encuentro invitándolos a rezar el Padre Nuestro cada uno en su idioma.