El Papa Francisco recibió a los miembros de la Guardia di Finanza (la policía financiera italina) con motivo de su 250º aniversario y les agradeció el compromiso histórico y continuo de la institución en favor de la seguridad económica y financiera de Italia y destacó la importancia de la justicia, la solidaridad y un nuevo humanismo en la sociedad actual.
La Guardia di Finanza es una fuerza policial italiana responsable de combatir los delitos económicos y la seguridad fronteriza. Tiene sus orígenes en el siglo XVIII y está organizado militarmente.
En su discurso, el Papa habló de las raíces de la Guardia di Finanza, que fue fundada originalmente para controlar las finanzas y proteger las fronteras. A lo largo de los años, el cuerpo asumió una amplia gama de tareas, que van desde la policía fiscal y financiera hasta operaciones de rescate en el mar y la montaña. En una alusión histórica, el Papa recordó el papel de la Guardia Civil durante las guerras mundiales al apoyar y ofrecer protección a los refugiados judíos.
Tradición y futuro
El lema del aniversario "El futuro está en la tradición" fue un punto central del discurso del Papa. Destacó que la Guardia di Finanza no sólo debe mirar hacia atrás, a su orgulloso pasado, sino también afrontar los desafíos actuales y futuros. En una sociedad caracterizada por la desigualdad financiera y la exclusión, su trabajo es garantizar el cumplimiento de las normas económicas y fiscales.
En este contexto, Francisco enfatizó la importancia de combatir la corrupción, el trabajo no declarado y las violaciones de los derechos humanos. La Guardia di Finanza desempeña un papel crucial no sólo al monitorear las leyes, sino también al contribuir al bien común. "La corrupción revela un comportamiento antisocial que socava los cimientos de la sociedad", advirtió el Papa.
Un nuevo humanismo
Otro tema que abordó el Papa fue la necesidad de un "nuevo humanismo". Mateo, el santo patrón de la Guardia, fue una vez un recaudador de impuestos despreciado, pero su encuentro con Jesús lo transformó. Esta conversión de la lógica del beneficio a la lógica de la justicia es un modelo para el mundo moderno.
Francisco enfatizó que, si bien la justicia es necesaria para combatir las desigualdades sociales, no es suficiente por sí sola. Sólo mediante la ayuda desinteresada, la caridad y la solidaridad se podrán superar las profundas divisiones de la sociedad. Estos valores son especialmente solicitados cuando se rescata a inmigrantes en peligro en el Mediterráneo o cuando se responde a desastres naturales.
Solidaridad y globalización de la indiferencia
El Papa advirtió sobre la "globalización de la indiferencia", que se caracteriza tanto por las guerras como por el abandono de las responsabilidades sociales y ambientales. En cambio, pidió una mayor solidaridad internacional. La Guardia di Finanza es un símbolo de esta idea de solidaridad, no sólo en Italia, sino también en sus misiones internacionales.
Finalmente, Francisco alentó a los miembros de la policía financiera a continuar actuando como guardianes de la riqueza de la nación, es decir, de su gente. "La verdadera riqueza de una nación no reside sólo en su producto interno bruto, sino en la creatividad y la alegría de sus ciudadanos", concluyó.