"Hemos sido informados a través de la Nunciatura Apostólica que el Santo Padre ha destinado una cantidad importante, a través de la Limosnería Apostólica, para ayudar a las personas sin hogar. Esta cantidad rondaba los 100.000 euros y será entregada a la Región Sur 3 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, la región que abarca todo Río Grande del Sur, para que ayude en todo lo posible". Estas fueron las palabras de Dom Jaime Spengler, Arzobispo de Porto Alegre y Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños (CNBB), el jueves 9 de mayo por la mañana, a Vatican News.
La preocupación del Papa Francisco
Al final del Regina Caeli del pasado domingo 5 de mayo, el Pontífice ya había expresado su solidaridad con los afectados por las fuertes lluvias en Rio Grande do Sul:
"Aseguro mis oraciones por el pueblo del Estado de Rio Grande do Sul, Brasil, afectado por grandes inundaciones. Que el Señor acoja a los difuntos y conforte a sus familias y a quienes han tenido que abandonar sus hogares".
Una cercanía que se transformó en ayuda concreta, según confirmó Monseñor Jaime Spengler. La cantidad donada por el Papa Francisco, en la moneda local de Brasil, supera los 500.000 reales, un recurso que será gestionado por la Oficina Regional Sur 3 de la CNBB y que será de gran ayuda para el pueblo de Río Grande del Sur.
Las últimas cifras
En todo el estado, 425 municipios se han visto afectados, con 100 muertes confirmadas hasta la noche del miércoles 8 de mayo, así como 130 desaparecidos, 374 heridos, 163.786 desplazados y 7.428 personas en refugios. Estas cifras, que se actualizan constantemente, reflejan las inundaciones sin precedentes que han afectado a Rio Grande do Sul, en medio de nuevos episodios de lluvias torrenciales y previsiones de fuertes vientos, junto con la llegada del frío. El inundado aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre permanece cerrado hasta el 30 de mayo.
El extraordinario trabajo de tantos voluntarios
Monseñor Spengler asegura que en Porto Alegre, la capital del estado, "el nivel del agua apenas ha bajado, y en las zonas bajas de la ciudad, las inundaciones siguen subiendo". Sin embargo, la solidaridad de la gente ha sido de gran ayuda:
"He visitado varios lugares donde se acoge a los sin techo, y es un trabajo realmente extraordinario el que llevan a cabo tantos voluntarios, junto con nuestras comunidades. Es un trabajo muy hermoso".
El arzobispo describió también que "en el sur del estado, en la región de Pelotas y Río Grande, casi en la frontera con Uruguay, están enfrentando las consecuencias de las aguas que están llegando a esa región". Allí han tenido tiempo para prepararse, añade el presidente de la CNBB, "por lo que en cierto modo se puede decir que están en una situación un poco mejor, pero ha llovido mucho en esa región, y eso contribuirá sin duda a que esa población sufra aún más".