En su reflexión semanal, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, analiza el Evangelio dominical y cómo la presencia y la palabra de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm despiertan asombro, al curar al “poseído de un espíritu impuro”.

“Ese es Jesús y esa es su misión: sanar heridos”, sostiene el prelado, que asegura que Jesús “sigue por los caminos del mundo, ahora resucitado y lleno del Espíritu, buscando a hombres y mujeres que, de una manera u otra, sentimos que llevamos dentro fuerzas que nos deshumanizan y nos pierden”.

Monseñor Buenanueva escribió su reflexión mientras participa, como tantos peregrinos, de la Semana Brocheriana 2024 en Villa Cura Brochero. “No lo dudo: el asombro de aquella mañana en Cafarnaúm está también aquí”, expresa.

“Es que, en esta tierra marcada por la obra del santo Cura, se siente el aroma del Evangelio mezclado con los perfumes de las sierras”, asegura el prelado, señalando que Brochero “ha hecho de este sitio un espacio en el que la palabra poderosa de Jesús sigue alcanzándonos, curándonos y consolándonos”. “Y dando razones fuertes para vivir y luchar”, añade, ya que “en Brochero se respira esperanza”.

Y, si la dureza se ha instalado en nuestro corazón, basta para el diocesano una humilde plegaria para reencontrar el camino: “Curita Brochero: dame tu mano amiga para caminar la vida y la fe”.