El Papa Francisco recibió este viernes 19 de enero, segundo día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, a una delegación ecuménica de Finlandia, que, como cada año, con motivo de la fiesta de San Enrique de Upsala, peregrinan a Roma, obispos, sacerdotes y laicos finlandeses, pertenecientes a diferentes Iglesias cristianas.

Al dirigirles unas palabras y darles la bienvenida, el Santo Padre recordó las palabras de Cristo en el Evangelio de Juan: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" y animó a seguir el modelo de los santos, "testigos vivos de Cristo", para seguir profundizando la unidad entre los cristianos.

Francisco insistió en la comunidad de bautizados formada por todos los cristianos cuyo objetivo común es Jesucristo. "Y esta meta no es lejana, no es inaccesible, porque nuestro Señor vino a nuestro encuentro en su misericordia, se hizo cercano en la Encarnación ", subrayó.

La veneración de los santos, objeto de unidad entre los cristianos
En este camino que recorren todos los bautizados, el Santo Padre asegura que “los santos son hermanos y hermanas que han llegado a la meta”. Como luces “encendidas por Dios” que iluminan este camino, estos santos nos invitan a confiar en la gracia de Dios.

Si bien la devoción a los santos ha sido objeto de divisiones entre los cristianos durante siglos, Francisco cree que estas divisiones "nunca han existido en la fe del santo pueblo fiel de Dios". Citó dos textos como ejemplos: el prefacio de los santos en la liturgia eucarística católica que celebra “la multitud de los santos proclama tu grandeza” y la Confesión de Augsburgo, un texto fundamental del luteranismo que asegura que “los santos deben ser recordados, para fortalecer nuestra fe, cuando vemos cómo recibieron la gracia y cómo fueron ayudados por la fe; y tomar ejemplo de sus buenas obras”.

Tres grandes santos nórdicos

Francisco se basó entonces en el testimonio de tres grandes santos nórdicos. Primero San Enrique, obispo de Upsala en Suecia, que partió para evangelizar Finlandia y murió mártir en Abo-Turku. Santo patrón de Finlandia, es celebrado por las Iglesias católica y luterana.

Luego, el Santo Padre recordó la celebración del VI centenario de la canonización de santa Brígida de Suecia por su predecesor san Juan Pablo II en 1991: “La conciencia del deber de orar por la unidad se ha convertido en parte integral de la vida de la Iglesia”, aseguró san Juan Pablo II. 

Finalmente, Francisco deseó que el milenio de la muerte de San Olaf en 2030 pueda ser “un regalo para todo el movimiento ecuménico”.

Al final de la audiencia, el Papa recibió un par de manoplas decoradas con el emblema de San Olaf. “Tus manos benditas traen calor a este mundo helado que necesita sentir el amor, la paz y la redención de Dios”, aseguró el arzobispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia.