Como es costumbre en la Fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Francisco bautizó a 16 niños en la Capilla Sixtina, dándoles la bienvenida a su nueva vida de fe.

Bajo los frescos de Miguel Ángel, el pontífice aseguró que estos niños también son protagonistas de la ceremonia, ya que dan testimonio de cómo recibir la fe: “con inocencia y con el corazón abierto”.

Dirigiéndose a los padres y padrinos, el Santo Padre pidió que los acompañen en su crecimiento, “porque también esto es una manera de ayudar a la fe”.

El Papa también animó a las familias a ver la fecha del bautismo como una especie de "cumpleaños". Es el día en que se recibió la fe, un día que hay que celebrar, y "eso deben enseñarlo a sus hijos", expresó.

Concelebraron el cardenal Konrad Krajewski, limosnero papal, y el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano. La celebración, como exige el rito, estuvo marcada por varios signos y actos significativos: la túnica blanca, la profesión de fe, el encendido del cirio.

Pensando en la luz de la vela, Francisco exhortó a las familias presentes a atesorar este significativo símbolo: "Representa la luz cristiana, que nunca debe apagarse", dijo, invitando a las familias a recurrir a la vela en tiempos de prueba.

Finalmente, acompañados por el villancico "Noche de paz", los padres y padrinos recibieron un rosario e intercambiaron unas palabras con el Santo Padre, quien concluyó la celebración recorriendo y bendiciendo a cada uno de los niños.