San Esteban, primer mártir: Fue el primero de los siete diáconos elegidos por los apóstoles que reunían las limosnas de los fieles para alimentar a las viudas cristianas. Fue también el primero de los cristianos que murió mártir por confesar y demostrar a los judíos la divinidad de Jesucristo. Su gran fe lo llevó a disputar con los judíos y echarles en cara su horrendo deicidio por lo cual, ellos, empujándolo fuera de Jerusalén, lo apedrearon hasta quitarle la vida. Esteban murió perdonándolos y rogando a Dios por ellos. Durante el apedreamiento, un joven judío estaba encargado del cuidado de la ropa de los apedreadores. Era Saulo, más tarde convertido al cristianismo con el nombre de Pablo, el gran Apóstol de las gentes.