El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, reflexionó sobre la tradición del pesebre, donde animó a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación.

“Es, implícitamente, una llamada a seguirlo en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz; una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos más necesitados”, expuso el prelado.

Invitando a retomar, “con fantasía creativa, esta tradición de nuestras familias”, monseñor Fenoy se refiere al belén como un Evangelio vivo: “Dios ha querido compartir todo con nosotros, para no dejarnos nunca solos”.

En ese sentido, llamó a redescubrir la buena noticia que ofrece el pesebre, y dejar “que Dios vuelva a sorprendernos”, abriendo el corazón a esta gracia sencilla.