El mundo de hoy, marcado por la violencia y los conflictos, necesita fraternidad, paz y amistad social. Lo recordó Francisco en la audiencia en el Aula Pablo VI a unos 500 miembros de la Fraternidad de Romena, en la provincia de Arezzo, y del Grupo Nain. Acogida, cuidado y fraternidad, les dice el Pontífice, son tres experiencias que permiten que la luz del Evangelio se filtre y arriesgue en la oscuridad de la vida. Es la experiencia que viven quienes llegan cansados y oprimidos, entre la belleza de la naturaleza y el encanto del silencio, para pasar unos días en la antigua parroquia románica donde tiene su sede la Fraternidad de Romena, "un espacio de belleza, sencillez y escucha".

Amor gratuito

En el espíritu del Evangelio, en Romena "cualquiera puede sentirse a gusto": "el amor gratuito de Dios -observó el Obispo de Roma- no pone condiciones ni impone cargas sobre nuestros hombros, sino que simplemente nos acoge y nos ama gratuitamente.

No pierdan nunca este espíritu, es más, trabajen siempre para cultivar este estilo de apertura y acogida, para seguir siendo un oasis de libertad, que expresa el amor infinito y gratuito de Dios por cada criatura.

Saber llorar juntos

La compasión de Jesús, la participación interior que le lleva a llorar con los que lloran y a curar las heridas, inspira el servicio ofrecido por el Grupo Nain, que acoge y sigue a lo largo del camino a los padres que han vivido el drama de la pérdida de un hijo: "un dolor inmenso, inconsolable, que nunca debe trivializarse con palabras vacías y respuestas superficiales". Saber "llorar juntos", señala el Papa, es una vocación propia de Romena: "La parroquia fue construida, de hecho, en un tiempo de hambre y de crisis, para ser una pequeña luz en la oscuridad de aquel momento histórico".

Romena nos lo recuerda: ser cristiano significa ocuparse de los heridos y de los que sufren, encender pequeñas luces allí donde todo parece perdido.

El sueño de un mundo fraterno

En el corazón del estilo de vida Romena está la fraternidad, "un espacio en el que cultivar la belleza de estar juntos y descubrir en el rostro de cada uno un hermano al que amar".

Y quisiera decirles que ésta es también la profecía de Romena: llevar adelante el sueño de un mundo fraterno y solidario; ser sembradores de paz y amistad social. El mundo de hoy, marcado todavía por la violencia y los conflictos, tiene una gran necesidad de esto.

El cotilleo, una enfermedad infecciosa

Pero la amistad social está amenazada por una enfermedad infecciosa, advierte el Papa Francisco: el cotilleo.

Yo sé, conozco una medicina muy buena para las habladurías, que da buenos resultados, si quieren se las digo: morderse la lengua. Porque cuando uno tiene ganas de chismorrear se muerde la lengua, la lengua se le hincha y entonces no puede...

Practicar la hospitalidad

Francisco pidió a la Fraternidad que "siga practicando la hospitalidad fraterna, que ofrezca un lugar donde las personas puedan descansar la cabeza y donde cada uno pueda sentirse amado por Dios y parte de una fraternidad universal, la que el Padre quiso inaugurar en Jesús y que Jesús nos pide que construyamos junto a Él y con el Espíritu Santo".

La Fraternidad de Romena, se lee en la página web, "acoge a personas o parejas que piden vivir unos días compartiendo ofreciendo trabajo, oración, momentos de silencio en sencillez y creatividad".