Tras la reunión con Juan Román Riquelme y Claudio Tapia: el posteo de Domínguez sobre la final de la Copa Libertadores

En su cuenta personal de X (previamente denominado Twitter), el presidente de Conmebol aseguró que la misma se avocó a "alinear detalles" para la definición del máximo torneo futbolístico a nivel continental, dejando a entrever que la sede del mismo no sería modificada pese a los fuertes rumores que trascendieron desde Brasil.

Los problemas surgieron desde el inconveniente se generó porque el ente sudamericano está molesto con algunas exigencias del Flamengo, que hace las veces de local allí. Si bien es cierto que, tal como surgió desde Brasil, el Mengao no quiere perder su localía para enfrentar a Bragantino por el Brasileirao unos días antes de la final, la comisión directiva pujaba para que Conmebol le diera más entradas que las 20 mil que le cedió a cada uno de los finalistas. Aunque esos dos ítems asomaron prácticamente como excusas de un trasfondo más complejo.

Consultado por tycsports.com, el periodista del canal TNT Sports Brasil Raphael Figueiredo explicó cómo son los entretelones del conflicto que nace de una situación política. El Maracaná es un estadio que pertenece al estado de Río de Janeiro y tanto el Flu como el Mengao tienen la concesión para utilizarlo alternativamente. Sin embargo, pese a que ambos clubes deberían encargarse de su mantenimiento, solo el Fla realiza las erogaciones económicas necesarias para eso.

Es que desde las reformas que se realizaron para disputar el Mundial 2014 en suelo brasileño, los montos para sostener el mítico estadio se elevaron radicalmente y el Tricolor, un club mucho más chico que el Mengao (tiene alrededor de 80 mil socios menos), no cuenta con los recursos suficientes para afrontar tal desembolso de dinero. Es por esto que Flamengo tenía con qué exigir ciertas condiciones en torno a todo lo que suceda en ese estadio que Fluminense no.