En el marco de la tercera jornada del IX Encuentro Nacional de Sacerdotes, que finalizará hoy en Villa Cura Brochero, los representantes del clero de las distintas diócesis del país prosiguieron reflexionando sobre la posibilidad de impulsar una espiritualidad sacerdotal de projimidad. 

El encuentro, organizado por la Comisión Episcopal de Ministerios (CEMIN), a través del Secretariado para la Formación Permanente de los Presbíteros, tiene por lema “Llevamos un tesoro en vasijas de barro”.

En la mañana del miércoles, el arzobispo electo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, expuso sobre “Projimidad sacerdotal: sostenernos en la vulnerabilidad. Pastores que caminan juntos sanando sus heridas”, ante los más de 600 sacerdotes y la veintena de obispos presentes en las tierras del santo Cura Brochero.

El prelado, a punto de dejar el gobierno pastoral de Mar del Plata, formuló algunos interrogantes para que los sacerdotes reflexionaran personalmente: “Mirando las siete acciones del buen samaritano, ¿qué podemos hacer, en clave de projimidad sacerdotal, para acompañarnos y sostenernos en nuestra vulnerabilidad vincular como ministros ordenados?”.

Asimismo, propuso “impulsar una espiritualidad sacerdotal que realmente tenga presente al hermano presbítero como verdadero prójimo, en el que de verdad vemos el rostro de Cristo, y con quien nos alegramos en sus alegrías y lloramos en su sufrimiento”.

Monseñor Mestre invitó a reunirse por grupos, para profundizar en el tema de manera comunitaria y destacó que, de ese espacio de intercambio, surgieron “aportes interesantes”, en los que se valoró “el lenguaje directo, sin eufemismos, con claridad y sin tabúes”.

Parresía y vulnerabilidad
Por la tarde fue el turno del obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, quien tituló su ponencia “Vulnerabilidad y parresía: el estilo de un Dios hecho periferia”.

El prelado pidió tomar el ejemplo del santo Cura Brochero, al recordar que el llamado es “a caminar como parte de un pueblo”, y advirtió: “No podemos vivir un sacerdocio sin bautismo”.

Tras alertar que “el clericalismo muestra que somos vulnerables”, animó a aprender a ser “discípulos de nuestro pueblo”.

Monseñor Carrara propuso también “abrazar la vulnerabilidad para la misión compartida” y “aprovechar la crisis de la fragilidad”.

También citó al Papa Francisco, al alentar una “parresía misionera” y a “la parresía de hacerse periferia”.

“El gran protagonista de la misión es el Espíritu Santo, Él se nos anticipa, y nos marca el camino. Dejémonos sorprender por Dios, seguramente en los barrios populares nos encontremos con una profunda sed del Amor de Dios, una fe sencilla que aparece en medio de heridas de la vida, y hermosas experiencias de salvación comunitaria”, concluyó. 

La tercera jornada finalizó con la misa propia de los beatos Mártires del Zenta presidida por el obispo de Jujuy y presidente del CEMIN, monseñor Daniel Fernández, quien agradeció la importante y numerosa participación en este encuentro.