El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, reflexionó sobre el Evangelio dominical que plantea que “el descubrir a Jesucristo, encontrarse con Jesucristo, produce un cambio radical en la vida” y destacó: “Uno es capaz de dejar todo cuando encuentra ese tesoro escondido en un campo”.

El prelado propuso un ejemplo –que asegura la conmovió- para ponderar la importancia de descubrir verdaderamente a Jesús”. 

“Hace muchos años conocí un muchacho que estaba haciendo enormes esfuerzos para dejar la droga, estaba atrapado por la droga; mientras estaba sumido en este tremendo flagelo no tenía conciencia de lo que significaba haber tenido un hijo, su hijo era como algo más dentro de su panorama vital totalmente nublado”, contó. “Cuando comienza a recuperarse con la fuerza de la comunidad que genera anticuerpos para poder defenderse y al mismo tiempo crear protección para aquellos que están sumidos en este mal, cuando empieza a recuperarse se tiene que internar y allí empieza a valorar que tiene un hijo; la conciencia de ese hijo fue factor fundamental para que él pudiera iniciar su rehabilitación”, agregó.

Monseñor Ojea reveló que finalmente ese joven le pide que lo bautice e ir al bautismo de su hijo, y detalló: “Pide autorización a la gente en donde estaba internado y realizamos el bautismo en la villa 21-24”.

“Fue realmente una ceremonia sumamente emotiva; él había ido solamente por su hijo”, describió, y completó: “Cuando terminamos la ceremonia del bautismo él me pidió hacer una oración delante de él porque tenía que irse, no se iba a quedar a la fiesta”.

El obispo sanisidrense relató que, con toda sencillez, el joven se dirigió a su hijo y le dijo: «Vos ahora sos el sentido de mi vida Yo me estoy curando para vos me estoy poniendo mejor para vos quiero ser un buen padre sé lo que puedo dejarte como herencia y en este momento estoy pensando que el esfuerzo que hago y esta recuperación que estoy haciendo la tengo para vos por eso te pido que me disculpes por todo el mal que te hice en el tiempo que no te reconocí y ahora vuelvo al lugar donde internado para estar de nuevo mejor para vos». 

“A mí me conmovió tanto esa oración que me parece un buen ejemplo cuando uno descubre una realidad que está totalmente fuera de todos los otros parámetros en los cuales uno desarrolla su vida”, subrayó.

“Vale la pena dejar todo cuando uno valora ese tesoro que está por encima de todo y que, en el caso de este muchacho, le dio un sentido nuevo a toda su vida. Cuando encontramos a Jesús, cuando descubrimos a Jesús todo lo demás nos parece nada”, sostuvo.

Tras recordar que san Pablo dice: “Cuando descubrí a Cristo todo lo demás me pareció una basura me pareció poquito porque lo bueno estaba en él verdaderamente”, invitó a pedirle al Señor “poder descubrir ese tesoro en el camino de nuestra vida”.

“Ese tesoro se nos muestra de un modo concreto y así nos va a resultar mucho más simple dejar muchas cosas que nos parecen importantes, urgentes, valiosas por aquel tesoro escondido, por aquella perla preciosa del Evangelio por la cual vale la pena entregar la propia vida”, concluyó.