El Dispositivo Habitacional para Pacientes de Salud Mental con Medidas de Seguridad de Barranqueras cumplió dos años de funcionamiento. Mediante este tipo de dispositivos el Gobierno del Chaco y el Ministerio de Salud Pública provincial, en cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, promueven las políticas públicas de fortalecimiento sostenido de la Red de Servicios de Salud Mental con Base en la Comunidad.

La mayoría de las personas que residen en el dispositivo anteriormente se encontraban alojadas en una institución de Salud Mental monovalente de internación que mantenía una lógica manicomial. El espacio, ubicado en Yrigoyen 4.535, se creó en julio de 2021 a partir de la necesidad de dar respuesta a una deuda histórica con aquellas personas con padecimiento mental que se encuentran bajo tutela judicial.

En el dispositivo actualmente se encuentran siete usuarios residentes que cuentan con un acompañamiento permanente en materia de salud, dado que hay profesionales de guardia durante las 24 horas del día. 

El espacio cuenta con un equipo interdisciplinario conformado por un médico psiquiatra especialista en salud mental, un licenciado en psicología, una licenciada en trabajo social, un licenciado en enfermería especializado en salud mental, cuatro enfermeros profesionales, personal administrativo y de maestranza, además de personal del Servicio Penitenciario provincial que se encuentra las 24 horas en el lugar.

La estructura edilicia del dispositivo cuenta con tres habitaciones, dos baños, una cocina, un lavadero, un salón de usos múltiples, una enfermería, una sala de dirección, una sala administrativa y un patio. Se trata del edificio de la ex comisaría segunda de Barranqueras que fue refaccionado y reacondicionado para ese fin.

El primero de este tipo en la región

Es el primer dispositivo habitacional con anclaje comunitario dependiente de la Dirección de Salud Mental que aloja a personas con Medidas de Seguridad, que entrecruza lógicas distintas de abordaje debido a que los actores que intervienen son el Sistema Judicial, el Servicio Penitenciario y el Ministerio Salud, construyendo y deconstruyendo constantemente la modalidad de abordaje integral, interdisciplinaria e intersectorial.

Juan Kapko, médico psiquiatra y director del dispositivo, explicó que “para los usuarios el dispositivo habitacional se trata de un espacio intermedio entre la internación y el modelo de vida independiente”. Relató que la puesta en marcha del espacio significó “la restitución de derechos y nuevas oportunidades” para estas personas, al tratarse de una unidad convivencial “con un alto nivel de apoyo”.

El dispositivo actualmente cuenta con lugar para siete usuarios, aunque “pensamos en ampliar la capacidad”, expresó su director quien en lo relacionado a los “apoyos” destacó la labor diaria que realizan para la articulación con la red de servicios de salud/salud mental.

Facundo Lotero, licenciado en psicología y uno de los profesionales del equipo técnico del dispositivo, recalcó que “este es un dispositivo novedoso”, ya que se trata de una experiencia inédita en la provincia y en la región.

El profesional relató que “trabajamos con usuarios con medidas de seguridad en una modalidad de dispositivo habitacional, con actividades de la vida cotidiana y una lógica que no sea de manicomio sino como de un lugar para vivir, donde construir lazos, actividades y rutinas de la vida cotidiana y de este modo garantizar la mayor cantidad de derechos para los usuarios”.

Acerca de la articulación entre los equipos de salud con actores como el Poder Judicial y el Servicio Penitenciario provincial, explicó que “tuvimos que ir trabajando para poner en claro que acá se trata de usuarios, no de internos ni de presos, lo que nos permitió ir conquistando más posibilidades de salidas y de circulación de los usuarios”. 

En el plano de restitución de derechos, además del acceso a “un lugar digno donde vivir”, Lotero destacó la importancia de que “los usuarios puedan planificar y realizar actividades como terminar el colegio secundario, ir a la pileta del polideportivo Jaime Zapata, salidas a la plaza, actividades culturales, entre otras”, mencionó. Este tipo de actividades fuera del dispositivo son planificadas y programadas entre cada uno de los actores intervinientes en el lugar.

Inclusión y cambio de vida

“Nuestra idea es que se pueda trabajar sin una lógica de encierro”, enmarcó Lotero, quien expresó que “hay usuarios que manifiestan que este dispositivo les cambió la vida. La idea es que los usuarios que están acá en algún momento puedan volver a la comunidad de manera plena, ya sea vivir con algún familiar o en casas asistidas”.

“Que exista un lugar como este es importantísimo, porque cuando hablamos de salud mental tenemos que pensar en un sentido amplio que implica no solamente atenderse con un psiquiatra o psicólogo y tener una medicación o tratamiento”, indicó Lotero quien pidió pensar en políticas de salud mental con base en la comunidad: “La apertura a los lazos con la comunidad le dan un gran valor a este tipo de dispositivos, ya que la población de usuarios con medidas de seguridad ha sido históricamente desatendida y en ocasiones son usuarios que quedaban en una situación de fragilidad”, relató.

Dispositivos como el de Barranqueras -con distintos niveles de apoyo y adaptados a la diversidad de las necesidades de las personas-, están basados en un modelo de atención de salud arraigado en la comunidad y con perspectiva de derechos ciudadanos, de género, de equidad y de justicia social.