El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, envió un mensaje con motivo de la Jornada Nacional de Oración y Reflexión Contra la Trata de Personas, que se celebra en la Argentina el tercer domingo de septiembre.

En sus palabras, el obispo animó a tomar conciencia de lo que significa el flagelo de la trata. “Según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo, hay 21 mil personas en el mundo que sufren el trabajo forzado”, señaló, considerando que la trata de personas es “un crimen contra la humanidad”.

Tomando las palabras del papa Francisco, monseñor Ojea consideró que la trata de personas “desfigura la humanidad de la pobre persona que la sufre, ya que pierde su libertad que es lo más sagrado que tiene, pierde su dignidad; y también desfigura la humanidad de aquel que utiliza al otro”.

“Vivimos una cultura utilitarista. El individualismo nos ha convertido en considerar muchas veces al prójimo solamente como un objeto que yo utilizo para mis fines individuales”, alertó el prelado. En ese contexto, muchas de las personas que se ven obligadas a migrar dejando su tierra para salvar sus vidas por múltiples razones “son utilizadas para la trata de personas, son rebajadas de esta manera”, lamentó.

“Nosotros estamos invitados en este día a reflexionar sobre lo que esto significa”, animó el presidente del episcopado, advirtiendo también sobre la situación de tantos niños y niñas que son utilizados para el turismo sexual, obligados a cumplir fines comerciales o personales.

“Pidámosle al Señor en esta jornada que podamos tomar conciencia de lo que significa mi hermano, mi hermana como persona, santuario de libertad, imagen de Dios que yo no tengo ningún derecho a utilizar ni a rebajar”.

“Todos aquellos hermanos que huyen desesperadamente de situaciones de vida imposibles, como ahogados por la situación, merecen del corazón de un pueblo cristiano, la hospitalidad, la recepción, el servicio. Somos hermanos y debemos hacer un mundo mejor para todos”, exhortó.