El tenista español Rafael Nadal, número dos del ranking mundial, lamentó la cancelación del Masters 1000 de Madrid, aunque consideró que "sin público" y con los protocolos por la pandemia de coronavirus hubiese significado un desastre económico para sus organizadores.

"Hay que tener en cuenta que el torneo sin público y con los protocolos podría suponer un destrozo financiero para sus promotores. Además, a nivel deportivo, el estar sin competir en este 2020 no parece nada positivo", afirmó 'Rafa' en diálogo por teleconferencia con agencias de noticias, entre ellas DPA.

Para el ex número uno, el mundo del tenis debe tener "un poco de paciencia y ver cómo evoluciona" la pandemia. "Un torneo así no se organiza de un día para otro y además tiene que ir bien para todos: jugadores, promotores y la ciudad. Un evento que pudiera tener contagios o salir de manera negativa no habría sido positivo para ninguna de las partes".

Para Nadal, ganador de 19 torneos de Grand Slam, la cancelación del Mutua Madrid Open es "una noticia negativa porque siempre tengo la ilusión de jugar en casa, pero la apoyo y respeto, creo que es coherente".

"Entiendo que la situación es desagradable para la ciudad y los organizadores del Mutua Madrid Open y la Copa Davis. La situación sanitaria actual hace difícil que se puedan organizar eventos de este calibre con jugadores de todo el mundo", subrayó.

Madrid se iba a jugar después del US Open, por lo que muchos tenistas habrían llegado desde Nueva York, lo que podría complicar todavía más la crisis sanitaria.

Nadal no jugará el Abierto de los Estados Unidos, donde defendía el título, ya que prefiere quedarse en España junto a su familia y equipo porque "la situación sanitaria no está del todo controlada mundialmente" como para viajar.

"Perdí un año de vida deportiva. Tengo una edad avanzada y estaba en un buen momento de mi carrera y jugando muy bien, a nivel profesional no es bueno. Pero pasar de superficie dura a polvo de ladrillo se me hace peligroso y finalmente decidí no ir al US Open. En la situación actual, todas las decisiones son válidas y no hay nada que sea seguro y correcto", expresó el zurdo de 34 años.

"En una situación como ésta, la gente lo está pasando mal y no estaba para viajar a Nueva York y tener todos los sentidos puestos en la competición para dar mi máximo", admitió Rafa, que todavía no sabe si jugará el Masters 1.000 de Roma, parte de la gira previa -sobre polvo de ladrillo- a Roland Garros.

"Voy a ver cómo se rehace el calendario después de la cancelación de Madrid y ahí decidiré", confió.