El Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización presentó hoy el nuevo Directorio de Catequesis, cuyo objetivo es que el Evangelio permanezca siempre actual en la cultura del encuentro.

En este contexto, el presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Alfredo Dus, dialogó con AICA sobre sus impresiones del nuevo directorio: “Lo estábamos esperando, porque la presentación y la línea pastoral que va marcando el papa Francisco requiere un repensar el mundo de la catequesis”, aseguró. Y destacó que lo fundamental del documento es “la naturaleza de la catequesis y su familiaridad en salida misionera, bajo el signo de la misericordia y como laboratorio de diálogo, cultural y eclesial”; y “la formación del catequista como sujeto de animación y el testigo”.

El obispo resaltó que el nuevo Directorio “nos ayuda a fortalecer en comunión el camino evangelizador”, porque “nos marca directrices y principios teológicos y pastorales que tienen carácter fundamental y fundante, tomados del Magisterio de la Iglesia que se va renovando a partir del Concilio Vaticano II. Esto nos ayuda a encauzar, educar y regir el modo adecuado en nuestra actividad catequística en la Iglesia”. 

Monseñor Dus señaló que “es el tercer Directorio General de Catequesis que surgió luego del Concilio Vaticano II. El primero fue en 1971, con Pablo VI y el segundo en 1997, con Juan Pablo II, que regía hasta ahora. Cada Directorio General asume el magisterio papal con todos los documentos, el diálogo y el crecimiento de la Iglesia, junto con la renovación de la sociedad, que ayuda a sopesar los interrogantes para dar respuesta a la cultura actual. Entonces es un instrumento rico que nos pone en sintonía con toda la Iglesia”. 

“La novedad es la marca de Evangelii gaudium”, aseguró el prelado haciendo mención a la exhortación del papa Francisco: “Está muy bien marcada la relación entre el kerigma y la catequesis, es decir, el primer anuncio que nunca deja de ser un elemento central, que se va profundizando y que la catequesis misma lo ayuda. Por otra parte, es una catequesis que llama al encuentro con el misterio, con Cristo, y desde ahí se renueva. Además, favorece y subraya una inspiración catecumenal, es decir, la catequesis es un proceso de acompañamiento y de experiencia de toda la Iglesia. Tanto la comunidad como el sujeto, el discípulo y el catequista que acompaña. Entonces involucra procesos a todos los agentes pastorales y hace madurar la experiencia con Cristo. Francisco señala que el carisma nunca es abandonado en pos de una formación que suponemos a veces más sólida”.

El presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis agradeció por el nuevo instrumento: “Nos alegrarnos porque es un camino que se está renovando continuamente y nos exige creatividad. Comprendemos que es un modo de evangelizar y profundizar el encuentro con Cristo y no simplemente una actividad para realizar en un momento de la vida con nuestros niños. Es el anuncio del amor de Dios que nos introduce en el corazón del Padre y nos hace ser Iglesia”, sostuvo. 

“Esto nos fortalece en el compromiso y nos hace ahondar en el espíritu de la evangelización y del anuncio que el papa Francisco nos ha exhortado desde Evangelii gaudium. Entonces que la catequesis tenga una salida misionera, que esté bajo el signo de la misericordia, que se abre, que es cercana, que escucha, es una catequesis que es un laboratorio de diálogo de nuestras distintas realidades, de sociedad, familia, pueblo y situaciones culturales, es un gran desafío y una realidad que impulsa nuestra evangelización". 

El impacto del Nuevo Directorio en la Argentina
Monseñor Dus indicó que el documento “nos ayuda a orientar la pastoral y la evangelización, asumiendo y actualizando el modo, la metodología y los contenidos de la catequesis para nuestra gente y nuestro país”. El prelado opinó que en la Argentina “nuestra catequesis demanda ciertas características que son necesarias en este momento de la vida”, pero “lo principal es exponer el amor salvífico de Dios antes de toda obligación moral o religiosa”. 

“No debe ser una catequesis que comienza con lo doctrinal, sino que privilegia el encuentro con Jesús, con el amor a Dios. Por otra parte, es una catequesis que no impone la verdad sino que apela siempre a la libertad. Y, justamente, la fuerza de la verdadera fe está en proponerla y no en imponerla. Se la propone no solo con la palabra sino en el testimonio. Por eso, un catequista que ejerce su servicio debe contagiar alegría con su palabra y su persona y tener una relación íntegra con los catequizandos”. 

Monseñor Dus señaló que la catequesis debe partir de la centralidad del kerigma: “Se trata de un anuncio, una predicación y una enseñanza que no se pierda en doctrina filosófica sino que profundice en el Evangelio. Por tanto, el catequista debe cuidar sus actitudes concretas para anunciar: la cercanía, la apertura al diálogo, la paciencia, la acogida cordial que no condena a nadie”. 

Sobre el momento de pandemia que atraviesa el mundo, el prelado señaló que en la catequesis “ha sido una experiencia muy intensa y a la vez muy rica en las distintas realidades del país y de las diócesis. Ha suscitado tanto en los catequistas como en los padres, creatividad: un modo de cómo anunciar el Evangelio y cómo hacer presencia frontal a una situación difícil que nos convoca a todos. La comunicación a través a los medios tecnológicos y las redes sociales ha sido fundamental, las celebraciones compartidas y el eco recíproco del contacto, ha sido una llamada a la creatividad para que el anuncio permanezca y vaya creciendo”.